La imperecedora historia de las chelas tristes mas tristes del mundo
La innumerables chelas de las que comente en el post pasado siguen allí, sin abrirse siquiera del refrigerador, es un espectáculo tanto hermoso como horrendo, horrendo porque son puras cervezas Sol y todos sabemos que la cerveza Sol, sola, sin un clamatito que se apiade de ella, sabe de la chingada. Pero hermoso también porque no deja de ser cerveza y con su aura colorida, cada vez que se abre el refrigerador es imposible que uno no quede cegado por el destello amarillo que escapa del contenedor, hermoso.