Essex

Blog en modo Dictador, no se admiten comentarios.

21.10.08

Mamá! Mamá! Quien lava la ropa?. Ps Juver!!! chamaco pendejo.

Eso de lavar ropa nunca ha caído a mi gracia, cuando vivía con mis papas, mi jefa se encargaba de esas madres que no voy a decir que son chingaderas para viejas, porque el trato es que ella echaba los trapos a la lavadora y yo cocinaba, cortaba el césped o abonaba los rosales y los arboles de limón o guayaba con mis miados cuando me ponía bien pedo en el patio de mi casa (que es particular, se moja y se seca como los demás cuando me ponía hasta la madre, agachensennn... y vuelvansennn a agachar, o me los meo cabrones, juar juar).

El chiste es que desde que me cuando abandone el nido, me mudé con Omar, Brenda y Aisha y por suerte, el matrimonio tenia su lavadorsota en la azotea de un depa en Tlanepantla y asi tuve que iniciar en mis labores de lavado de ropa en manos de Brenda que me enseño los 3 principios basicos para la labor:
1.-Separar por colores y por uso la ropa (la de colores y la que la gente ve, y la que la gente no ve).
2.- SIEMPRE usar suavizante y enjuague.
3.- Tres.

Cuando me separe de Brenda -me refiero al matrimonio con la lavadorsota- preferí invertir la lana que tenia para una lavadora en el depa, televisión, videojuegos, música, chelas y un gallo de mota, como cualquier soltero en su sano juicio lo haría, pensando en que: que tanto pedo puede ser lavar sin una lavadorsota? y valió madres. No paso ni una sola carga de ropa cuando vi que había un anuncio con un servicio de lavandería a domicilio, neta, ni siquiera tenia que llevarla o ir a recogerla, alguien subiría los 3 pisos del edificio, se llevaría mi ropa y al siguiente día, por arte de magia, la ropa volvería, limpia... LIMPIA. Y lo mejor de todo, el servicio costaba solamente 10 morlacos por kilo, no conozco los estándares de precios para esas madres, pero la magia que hacían por el servicio me parecía el nirvana caído en la tierra. Incluso llego una -hermosa- etapa en la que el señor recoge/entrega-ropa asistía religiosamente cada sábado en la mañana al depa y yo, con una estúpida sonrisa de oreja a oreja le entregaba bolsas y mas bolsas de tela que regresaban religiosamente cada domingo por la tarde, ah tiempos hermosos aquellos.

Ahora debo conformarme con una lavandería que esta a 2 cuadras de la casa a la que asisto cada sábado por la mañana a entregar, y cada lunes por la tarde a recoger, mientras camino solo y cansado 2 largas calles de pesadumbre y resignación. Eso, o pongo a mi rummie a lavar, como debe ser.

Por cierto, si lees esto: Brenda, lo siento, tus lecciones no sirvieron de nada, sin la practica, ps nomas no hay maestro.

_
Ya es lunes de postsecret!:

Hermosa tradición que rompí por el exceso de trabajo.
Los quiero querubines.